Descripción
Contrariamente a lo que se piensa, la taurina no tiene efectos estimulantes sobre el sistema nervioso. En su lugar, ejerce una acción similar al GABA pero de menor intensidad; favoreciendo la relajación del sistema nervioso central y contrarrestando la acción de la adrenalina.
Los niveles de taurina disminuyen con el paso de años y suelen ser bajos en personas de edad avanzada. La carencia de taurina se ha asociado con trastornos del sistema nervioso central, cálculos biliares, cardiomiopatía, degeneración macular, dificultades digestivas y neuromusculares.
- Las fuentes naturales de taurina son productos proteicos como las carnes (ternera, cerdo, aves…), pescados, mariscos, lácteos, huevos y dentro de los alimentos vegetales los frutos secos, legumbres, algas o la levadura de cerveza.
¿Para qué sirve?
Rendimiento y actividad física.
La taurina presenta acción insulino-mimética. Esto significa que es capaz de estimular la entrada de nutrientes al interior de las células (especialmente carbohidratos y proteínas), incrementando las reservas de glucógeno y reduciendo la glucosa sanguínea.
La taurina mejora el rendimiento deportivo ya que facilita la transmisión del impulso nervioso. Actúa como protector muscular (especialmente en situaciones de estrés y entrenamiento intenso) e incluso se ha observado que puede reducir el riesgo de lesiones. Además, favorece la síntesis proteica y el aumento de masa muscular, en especial en las fibras rápidas.
Los deportistas de resistencia también pueden beneficiarse del consumo de taurina ya que favorece la reposición de los depósitos de glucógeno gastados durante el entrenamiento o competición. También resulta útil durante la fase de carga de glucógeno.
No hay que olvidar que la taurina ejerce un efecto antioxidante y protector frente a distintos agentes como bacterias, virus o químicos. Mantiene la membrana celular en buen estado y estimula las células del sistema inmunológico.
Aplicaciones sobre la salud.
Diferentes estudios han demostrado su efecto cardioprotector. Al mismo tiempo, su aporte reduce la acción de la angiotensina, proteína responsable de la presión arterial elevada. Su consumo junto con antioxidantes reduce la degeneración de la retina y su consumo es especialmente importante en personas vegetarianas.
La taurina desempeña un papel importante en casos de diabetes, reduciendo la resistencia a la acción de la insulina y actuando sobre la expresión de los genes implicados en su síntesis. Su aporte ayuda al control de la glucosa en sangre y presenta efectos beneficiosos entre los que se incluyen su efecto antioxidante, osmorregulación y efectos antiinflamatorios. Incluso algunos estudios desvelan un papel protector de afecciones típicas en estos pacientes como retinopatías, nefropatías o cardiopatías (actúa como antiagregante plaquetario y reduce los lípidos en sangre, la formación de placa de ateroma y la presión arterial).
Otras indicaciones incluyen el insomnio, la depresión, alteraciones de la personalidad, epilepsia o en la reducción de los trastornos producidos por síndrome de abstinencia del alcohol.